«El mundo invertirá más en infraestructura durante los próximos 15 años de lo que ha invertido en todo lo que tenemos actualmente», de acuerdo al más reciente informe de la Comisión Global sobre Economía y Clima. La Nueva Economía Climática, el proyecto emblemático de la Comisión, fue creado en 2013 para informar a los gobiernos, las empresas y la sociedad acerca de cómo lograr la prosperidad económica y el desarrollo, además de abordar el cambio climático.
El año pasado, la Comisión decidió concentrarse en la necesidad urgente de invertir en infraestructura sostenible. Este informe de 2016 proporciona una guía para ofrecer un futuro seguro y próspero para nosotros y para nuestros hijos. Para lograr esta visión, el informe destaca tres desafíos principales: reactivar el crecimiento, alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y reducir el riesgo climático de conformidad con el Acuerdo de París.
Para abordar mejor estos desafíos la Comisión ha identificado 4 acciones prioritarias. En primer lugar, fortalecer los marcos normativos y las capacidades institucionales para construir fuentes de proyectos que sean viables y sostenibles. Luego, lograr un sistema financiero más ecológico e incrementar las fuentes de financiación. La tercera prioridad es aumentar las inversiones en la investigación y el desarrollo de tecnología limpia, reducir el costo de la tecnología limpia y mejorar la accesibilidad a tecnologías más sostenibles. Por último, la Comisión hace un llamado a que se aborden de manera conjunta las distorsiones fundamentales de los precios y se fomente la inversión y la innovación.
Detrás de estas prioridades existe la convicción de que hay una oportunidad para apoyar y financiar infraestructura sostenible, no únicamente para el clima sino también para el crecimiento. La infraestructura sostenible reúne una amplia gama de campos, incluyendo energía, transporte, telecomunicaciones, agua y saneamiento. Y las principales iniciativas están en camino. El nuevo plan quinquenal de China está superando su objetivo de reducir en un 40-45% sus emisiones de carbono para 2020 con respecto a sus niveles de 2005. China podría llegar a alcanzar una reducción del 50% en las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que ha sido posible gracias a inversiones de hasta US$100 mil millones.
El informe también destaca las diferencias entre los países desarrollados y los países en desarrollo, a medida que los países desarrollados buscan renovar sus redes de transporte, y los países de bajos ingresos todavía necesitan desarrollar su infraestructura de suministro de electricidad. También existen diferencias en la inversión pública dado que los países en desarrollo financian el 60% de la infraestructura, en comparación con sólo el 40% en las economías avanzadas. Esta brecha podría reducirse gracias a las Alianzas Público-Privadas (APP). Estas alianzas se destinarán principalmente a la urbanización, ya que las ciudades reúnen hasta el 70% de la demanda global, pero no son las únicas beneficiarias. La creación del Fondo Africano de Inversión para la Agricultura y el Comercio es uno de los mejores ejemplos. Creado para apoyar soluciones de financiamiento para la agricultura sostenible en África, este fondo apunta a las inversiones directas en cooperativas agrícolas o en explotaciones agrícolas comerciales.
Tal como lo sostiene este informe, creemos que invertir en infraestructura sostenible garantizará un desarrollo sostenible para todos. Esta es la clave para acercarse lo más posible a limitar el calentamiento global a 2 grados Celsius gracias a las limitadas emisiones de carbono, asegurando al mismo tiempo un futuro sostenible para las próximas generaciones. Pero esto también es una clave para lograr la Agenda 2030 de la ONU, al proteger a las personas y mejorar su medio ambiente. ¡Ahora que el plan está trazado, sígalo a buen ritmo!
Para obtener más información al respecto, por favor consulte: http://newclimateeconomy.report/2016/wp-content/uploads/sites/4/2014/08/NCE_2016Report.pdf