Después de 3 años de construcción, el Proyecto de Energía del Lago Turkana en Kenia finalmente está supuesto a entrar en funcionamiento en julio de 2017. Un estudio realizado por la Oficina del Cambio Climático Global de la USAID y puesto en marcha por ICF en asociación con la Asociación Global de Estrategias de Desarrollo de Bajas Emisiones, analiza las numerosas ventajas de este proyecto a nivel social, económico y medioambiental. Este proyecto, adjudicado durante la edición de 2014 de la Oferta Africana de Energías Renovables en los premios IJGlobal del Año 2014 de Europa y África, va mucho más allá de la consideración puramente económica.
En primer lugar, aumentará el suministro nacional de electricidad entre un 15 y un 20%, lo que hará que la infraestructura eléctrica de Kenia sea más fiable. Por lo tanto, la dependencia de Kenia de las importaciones de combustible extranjero se reducirá y los precios se estabilizarán como consecuencia de tener un suministro de electricidad más seguro. Adicionalmente, se han creado 2000 puestos de trabajo y se han construido 200 km de carreteras gracias a este proyecto de parques eólicos. Dependiendo de la fuerza del viento, este proyecto también tendrá beneficios importantes en el medio ambiente. La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero ascenderá a aproximadamente 740.000 toneladas de dióxido de carbono en promedio cada año.
Por otro lado, además de ser la mayor inversión privada en la historia de Kenia, esta iniciativa ha asegurado que incorpora el bienestar social de la población local en un esfuerzo por no excluir a nadie, de acuerdo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. También apoyará el acceso a la electricidad en un país donde menos del 50% de la población está conectada a la red eléctrica. Pero lo más importante es que el proyecto, que abarca 162 kilómetros cuadrados, tendrá en cuenta a las comunidades aledañas. Esto lo está realizado no únicamente organizando el reasentamiento de los varios cientos de personas que viven en la zona de construcción y compensando a los miembros de la comunidad por la pérdida de ingresos, sino también estableciendo programas de responsabilidad social empresarial (RSE). Estos programas han permitido mejorar el acceso a los alimentos, los servicios de salud, el agua y la educación, y han creado cargos de liderazgo local, los cuales se traducen en 150 puestos de trabajo locales permanentes. Un estudio de la Evaluación de Impacto Ambiental y Social llegó a la conclusión que los beneficios socioeconómicos del proyecto tienen mayor peso que sus costos.
A la luz de los numerosos efectos positivos de este desarrollo de energías renovables, el parque eólico del Lago Turkana podría ser un modelo inspirador para que otros países del continente y del extranjero sigan su ejemplo. En África, muchos países poseen recursos eólicos fuertes en zonas de baja densidad de población, mientras que enfrentan al mismo tiempo niveles crecientes de demanda de electricidad. Por lo tanto, invertir en proyectos innovadores como el parque eólico del Lago Turkana podría ser la clave para satisfacer las necesidades del desarrollo económico en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.