Bloggers Invitados: Gail Hurley, Especialista en Políticas de Financiación para el Desarrollo, PNUD, y Max Riva, Especialista en Políticas sobre Financiación Innovadora, PNUD.
El 2015 será un año importante para el desarrollo internacional. En septiembre, la comunidad internacional deberá llegar a un acuerdo sobre un nuevo conjunto de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que sustituirán a los Objetivos de Desarrollo del Milenio cuando estos últimos prescriban a finales del año. La nueva visión promete ser mucho más ambiciosa que la «antigua»; los gobiernos se comprometerán a erradicar la pobreza extrema hacia el año 2030, a tomar medidas para frenar el cambio climático y proteger los ecosistemas esenciales, así como a construir sociedades pacíficas y a eliminar la desigualdad de género. En el mes de julio, los gobiernos se reunirán en Addis Abeba, Etiopía, para discutir cómo poner en marcha y financiar los ODS.
Hay mucho en juego. Sin lugar a dudas se necesita más financiación, particularmente para los países más pobres y vulnerables. Por lo tanto, será importante que los países donantes renueven sus compromisos para alcanzar los niveles de ayuda internacional (tales como el objetivo de la ONU de destinar el 0,7% de la Renta Nacional Bruta (RNB) a la Asistencia Oficial al Desarrollo (AOD). Actualmente, sólo 5 donantes han cumplido este objetivo. También se necesita mejorar la calidad de la ayuda y que la ayuda sea asignada donde más se necesita (en la actualidad únicamente 10 países reciben más de una tercera parte del total de la ayuda para el desarrollo).
Pero se trata de mucho más que simples compromisos financieros. Las políticas gubernamentales en áreas tales como los subsidios a los combustibles fósiles, los impuestos, el comercio y las normativas sociales y ambientales para las empresas del sector privado también juegan un papel esencial para apoyar – o debilitar – el desarrollo sostenible. El progreso en estas áreas es a menudo más complicado pero será esencial.
¿Cuál es el papel que juega la financiación innovadora para el desarrollo en apoyo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible Post-2015? ¿Podemos esperar que sea un contribuyente importante? ¿Qué tipo de promesas – en caso de que existan algunas – deberían hacer los gobiernos en Addis Abeba para desarrollar y promover la financiación innovadora para el desarrollo?
Durante la última década, se ha producido una proliferación de iniciativas que se auto-denominan ‘financiación innovadora para mecanismos de desarrollo’. Estos incluyen, por ejemplo, el impuesto sobre los pasajes aéreos, el Fondo Financiero Internacional para la Inmunización, los canjes de deuda, la financiación colectiva, los bonos de impacto social, los bonos de la diáspora (e incluso los bonos ‘Rino’), por nombrar sólo algunos. La mayoría obtienen resultados impresionantes y han hecho contribuciones valiosas al desarrollo. Pero también es claro que muchas iniciativas siguen siendo de pequeña escala y que no han logrado aumentar sustancialmente la dotación de recursos para el desarrollo. Potencialmente, esquemas mucho más grandes tales como los impuestos sobre las transacciones financieras y los impuestos al carbono, continúan siendo políticamente muy difíciles.
El potencial que ofrece la financiación innovadora para mecanismos de desarrollo aún no ha sido explotado plenamente. El proceso Post-2015 ofrece, sin embargo, una importante oportunidad para promover esta agenda.
Por ejemplo, los gobiernos deberían comprometerse a sumarse a iniciativas que ya están en marcha y de este modo contribuir a ampliarlas. Los gobiernos podrían comprometerse a recaudar una cierta cantidad de dinero cada año a través de mecanismos de financiación innovadora, y asegurar que esta cantidad sea adicional a la ayuda para el desarrollo.
El sector privado también tiene un papel importante que jugar, tanto en el desarrollo de mecanismos de financiación innovadora para proyectos de desarrollo, así como encontrando formas innovadoras para ofrecer productos y servicios financieros a las comunidades que los necesitan. Por ejemplo, las transferencias sociales y las pensiones pueden ser pagadas a través de los teléfonos móviles, incluso donde no existen instituciones financieras establecidas, y el sector privado puede ampliar los productos financieros tales como el micro ahorro y los seguros en zonas rurales y remotas.
El mundo en desarrollo tampoco es un «receptor pasivo» de la financiación innovadora para el desarrollo. Individual y colectivamente, los países en desarrollo pueden diseñar e implementar sus propios modelos de financiación innovadora para el desarrollo que mejor se adapten a sus necesidades particulares. De hecho, varios países en desarrollo ya son actores importantes y contribuyentes a la financiación innovadora para el desarrollo (Chile, por ejemplo, fue un factor esencial detrás del impuesto sobre los pasajes aéreos, y en el 2014 la República del Congo se convirtió en el primer país en anunciar un impuesto de 10 centavos sobre cada barril de petróleo vendido, el cual estaría destinado a combatir la desnutrición crónica).
El PNUD es un socio importante en los esfuerzos para ampliar la oferta de opciones de financiamiento de manera sostenible y responsable. Estos incluyen mecanismos verdes de crédito y fondos de desafío para las pequeñas y micro empresas, la promoción de la certificación ambiental y social para los productos de primera calidad, y el apoyo al desarrollo de productos financieros innovadores, tales como los bonos de impacto social.
Por ejemplo, en colaboración con la Sociedad Zoológica de Londres, Social Finance y United for Wildlife, el PNUD está diseñando un bono de impacto social que tiene por objetivo asegurar la tan necesaria financiación a largo plazo para ayudar a proteger a los rinocerontes de la extinción. Junto con el Banco Centroamericano de Integración Económica, el PNUD está ayudando a catalizar inversiones favorables a la biodiversidad en Centroamérica mediante la combinación de la ayuda al desarrollo con la financiación privada. Tales iniciativas han apoyado el desarrollo de las pequeñas empresas que se centran en la conservación avanzada de la tierra, los bosques y el agua, tal como la siembra y el reciclaje de residuos.
Actualmente existen más oportunidades que nunca para recaudar y entregar recursos de manera innovadora, lo que se ve facilitado en gran parte gracias a los avances de la tecnología. Los socios también pueden colaborar y compartir experiencias con mucha más facilidad. También es evidente que las necesidades de desarrollo sostenible son grandes. Juntos, realicemos muchas otras excelentes iniciativas para avanzar.
Escrito por: Gail Hurley, Especialista en Políticas de Financiación para el Desarrollo, PNUD y Max Riva, Especialista en Políticas sobre Financiación Innovadora, PNUD.
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